Macerar la carne: En un bol grande, ponemos la carne, cebolla, zanahoria, ajo, laurel, perejil y hierbas. Cubre todo con el vino. Si el vino no cubre todo y falta un poco rellena con caldo de carne, si falta mucho abre una segunda botella y como has comprado un vino bueno, ya te lo tomaras.
Macera entre 2 y 4 horas (hasta toda la noche, aunque hoy se recomiendan maceraciones más cortas, de un par de horas).
Separar y dorar: Separa carne y verduras del vino. Seca la carne con un trapo o papel y en una cazuela sofríe la carne en un poco de aceite hasta dorar y retira.
Sofreír las verduras: Añade a la cazuela las verduras (sin el vino) y sofríelas con aceite y un poco de pimienta molida unos 10 minutos.
Unir elementos: Vuelve a añadir la carne a la cazuela junto con el vino de la marinada (que cubra la carne) y completa con caldo si es necesario. Corrige de sal (puedes usar una pastilla de carne). Tapa y cocina a fuego muy suave unas 3 horas (olla convencional) o 45 minutos (olla a presión). En horno, cocer a 180°C unas 2 horas, tapado, vigilando el nivel de salsa.
Mientras cuece la carne: Dora el bacon en una sartén con mantequilla hasta dorar. Reserva.
Saltea las setas en la misma sartén unos 5 minutos. No es necesario que se hagan, simplemente que se pasen un poco. Reserva.
Cuece las chalotas en agua unos 10 minutos. Reserva.
Finalizar el guiso: Cuando la carne esté lista, destapa y añade bacon, setas y chalotas. Suma una onza de chocolate negro y la cucharada de pimiento choricero. Hierve todo junto, destapado, unos 10 minutos más.
Espesar la salsa: Si la salsa queda muy líquida, retira un poco en un vaso y mezcla con maicena (necesitarás al menos una buena cucharada sopera); añade al guiso y remueve hasta que espese (puedes repetir si hace falta; textura ideal: melosa).
Reposo y servir: Puedes dejar reposar el guiso un día para que mejore el sabor. Si lo haces, guárdalo en un tupper en la nevera y al servir calienta en una cazuela y espesa la salsa como se indica en el paso anterior.
Ya tienes listo uno de los platos más exquisitos de guiso de ternera. Los acompañamientos más típicos suelen ser puré de patata o pasta, pero a mí me gusta es con patatas fritas.