Limpiar el cazón. Separar la piel y el hueso/raspa. Cortar en trozos regulares. No demasiado pequeños. Mínimo de 2 cm por 2 cm.
Coger un mortero y machacar los dientes de ajos pelados con la sal. Cuando se haya formado una pasta añadir el pimentón.
Rellenar hasta casi el borde de vinagre y añadir el orégano. Dejar reposar la mezcla después de revolverlo bien.
Coger un bol en el que quepa todo el cazón y que no sea de aluminio. Con un colador filtrar todo el contenido del mortero y echarlo en el bol con el pescado.
Lo que se quede en el colador echarlo en un aparato cerrado con agujeros de hacer té. Ponerlo igualmente dentro del bol.
El pescado tiene que estar cubierto completamente. Si no es así, añadir más vinagre hasta cubrirlo.
Para hacerlo rápidamente dejarlo reposar unas 5 horas fuera de la nevera. Yo prefiero 2 días dentro de la misma. Tiene mejor sabor, puesto que el vinagre de manzana es suave.
Colar todo el contenido del bol. Tirar el líquido y secar lo máximo posible con papel o con tela el pescado.
Coger una bolsa de plástico en la que echaremos una cucharada de harina y media cucharada de pan rallado. Mezclar bien.
Poner a calentar una sartén con abundante aceite.
Echar en la bolsa el pescado y con mimo hacer que se mezcle todo. Abrir la bolsa con la tijera y evitar que coja demasiado enharinado. Si se prefiere se puede usar para esta tarea un tamizador o colador.
Por tandas, para hacer que no baje mucho la temperatura de golpe, ir poniendo el cazón en la sartén. Dorarlo.
Al sacarlo utilizar un plato con papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
Colocarlo en una fuente y disfrutar.