Cogemos cuatro filetes de sobre muslo de pollo y los salpimentamos. Presionamos con los dedos para que los condimentos penetren bien.
Si tenemos tiempo, dejamos reposar los filetes unas horas o incluso toda la noche en la nevera.
En una cazuela, calentamos aceite con una rama de romero y doramos los filetes a fuego vivo. Solo buscamos que tomen color, no que se cocinen por completo.
Retiramos los filetes y el romero (este último se tira).
Tostamos los dientes de ajo exprimidos, vigilando que no se quemen.
Añadimos la leche, el caldo y el zumo de limón. Volvemos a poner los filetes en la cazuela.
Hervimos destapado durante unos diez minutos, dando la vuelta a los filetes a mitad de cocción. Si falta líquido, añadimos más leche.
Cuando los filetes estén listos, los retiramos y los colocamos en la bandeja de servir.
Durante la cocción, en un vaso, diluimos una cantidad mínima de vino de Jerez con una punta de harina de maíz (ver foto).
Añadimos esta mezcla a la cazuela y removemos con unas varillas hasta que la salsa espese y tenga una textura cremosa, similar a una bechamel ligera.
Servimos la salsa sobre los filetes y terminamos con albahaca picada o cualquier otra hierba aromática que tengamos.
¡Que aproveche!