Ponemos el caldo a hervir con unos golpes de colorante y el vino.
Ponemos aceite en la paella y cuando esté caliente añadimos la cabeza de ajos entera y el pimiento cortado en tiras anchas. Después de dorarla la retiramos y guardamos.
Echamos la carne en dados y les damos otra vueltecita, pero lo dejamos.
Turno de la verdura. Otra vueltecita y se deja junto con la carne en la parte más exterior de la paella. Aquí, si hay verduras de distinta dureza, como zanahoria, alcachofa, etc. las echamos en primer lugar y lo dejamos un rato antes del siguiente paso.
Toca el turno del tomate rallado. Lo tenemos unos cinco minutos, el tiempo de que reduzca y se ponga un poco marrón. Se coloca en el centro de la paella.
Si hay mucha grasa (el pollo y le cerdo pueden soltar) retirar con una cuchara o cazo.
Se añade el triple de agua (está hirviendo) que del arroz calculado. Por si hay problemas de cálculo separar primero en un plato el arroz que vais a utilizar y luego multiplicáis por tres.
Cuando todo empiece a hervir es el momento de probar el caldo y SALAR, pues hasta el momento no se ha llevado a cabo. Cuidado con quemarse.
Echamos una pizca de azafrán para dar color y sabor.
Una vez salado y cuando hierve se echa el arroz. Se da una vuelta y en el centro se coloca la cabeza de ajos.
EL FUEGO TIENE QUE IR FUERTE Y SE TOMA NOTA DE LA HORA PUES APROXIMADAMENTE EN QUINCE MINUTOS ESTARÁ HECHA.
Al cabo de 12 minutos se coloca el pimiento (si os apetece pelarlo mejor). Si hace aire y estamos en la calle a lo mejor, son 20 minutos la paella.
Cuando el líquido se haya prácticamente evaporado, o empiece a oler a quemadillo (socarret), parar el fuego. Siempre antes de servir hay que dejar reposar y antes de emplatar hay que airearlo.