Como sabe cualquier listillo que se precie, un pepito de ternera es un bocadillo de filete de ternera. Así de fácil. Bueno, no tanto: un buen pepito de ternera debe ser tierno y jugoso, con el pan crujiente por fuera pero ligeramente empapado en la miga gracias al jugo de la carne, no la suela de zapato que te llevas entero en el primer bocado que sirven en algunos bares. ¿De dónde viene el nombre de este sabroso manjar?
Cuenta la leyenda que todo comenzó en un mítico establecimiento de Madrid, el Café de Fornos, que estaba en la calle Alcalá, muy cerca de la Puerta del Sol. Harto de cenar cada día un bocadillo frío de fiambre un día, el hijo del dueño, a la sazón llamado José Fornos, pidió al cocinero que le preparara algo caliente: un filete de ternera entre el pan. Absortos tras presenciar aquel experimento culinario, la concurrencia empezó a pedir un bocadillo “como el de Pepito”, nombre que se acortaría para convertirse en el actual “pepito de ternera”.
El Café de Fornos cerró hace casi un siglo pero su invento más excelso sigue siendo uno de los bocados más populares de Madrid –con permiso del bocata de calamares-, del resto de España e incluso de países latinoamericanos como Venezuela o Colombia.
Pero si hay un lugar en el que hayan llevado su entusiasmo al paroxismo, ese es Cádiz, donde incluso existe una Asociación de Enamorados del Pepito de Ternera, también llamado bistelito por aquellos lares. En 2012, la asociación situó a Pepito al mismo nivel que la Pepa (la Constitución de 1812) como símbolo de la libertad en la tierra gaditana.
Fuente: https://es.toluna.com/
Pero vamos a lo práctico, donde tomar un buen pepito de ternera. De los pepitos más clásicos me quedo con los del Portal, denominado ipepito y el de Celeste (sin entrada por ahora en estas páginas). si nos movemos a algo “más ilustrado”, llegamos a los montaditos de solomillo en los que los alicantinos son maestros. De los que yo he probado debo destacar Alma de barra y Brisa en Mutxamiel
Y para ti, ¿Cuál es tu pepito favorito?