La Nétiquette (netiqueta) se puso de moda hace unos años y mostraba como comportarse dentro de las redes; hoy en día es algo completamente olvidado, pero creo que debemos recuperar las buenas maneras, y esto, en castellano, siempre ha sido conocido como “reglas de urbanidad”.

La primera regla y esencial es que recuerdes que estás en mi casa, tú no vas a casa de nadie a insultarle, a gritarle, o faltarle el respeto, así que tampoco lo hagas aquí. A mi casa eres bienvenido, pero no tienes por qué venir si no te apetece, yo no te necesito y tú a mí tampoco.

La segunda regla y muy relacionada con la anterior, es que pienses que te estás dirigiendo a personas, no a máquinas, y qué además, lo que digas permanecerá para siempre en Internet. No digas nada de lo que pienses que te puedes arrepentir en un futuro. Mi madre siempre me decía: de la palabra que no has dicho eres el dueño y de la que has dicho, el esclavo.

La tercera regla sería lee con tranquilidad, no tengas prisa, entiende las cosas, reflexiona sobre ellas y si te apetece escribir o comentar, me encantará charlar contigo. El objetivo fundamental de todo lo que publique será, o bien tratar de enseñar algo, o bien hacer reflexionar sobre algo.

La cuarta regla y a la cual yo también debo prestar atención es que cuides la gramática y los signos de puntuación. A veces las interpretaciones incorrectas vienen porque no se han expresado correctamente las ideas, o no se puede leer correctamente, por no respetar las reglas gramaticales o de puntuación.

La quinta y última regla es indicarte que recuerdes que todos somos humanos y que, por tanto, todos cometemos errores y todos tenemos sesgos que provienen de nuestra educación y de las vivencias que hemos tenido a lo largo de nuestra existencia. Uno nunca puede ser como el otro, pero eso no quita que no podamos ser empáticos.

Con estas simples reglas me atrevo a parafrasear a Humphrey Bogart en la película Casablanca: “creo que este puede ser el principio de una gran amistad”.