Más o menos desde principios de octubre hasta este final de año, he estado dedicado al cambio de los comensales.es a lasaficionesdefernando.es y aunque mi intención no es escribir tantísimas referencias de restaurantes, no quiero dejar de alabar aquellos restaurantes que me parecen especialmente recomendables.
Todos los restaurantes que aquí indicó, por riguroso orden alfabético, tienen en común: algo que les hace diferentes y que a mí personalmente me invitan a repetir experiencia y también, a pesar de la diferencia de precios que puede haber entre algunos de ellos, una excelente relación satisfacción precio.
Airen – Alicante ✨✨✨✨ €€ (entre 25-50€ por persona)
Airen es ese lugar donde la comida baila acompañada de los mejores vinos. Con Ángela Rodríguez al timón, este restaurante es un paraíso para los amantes del vino. ¿Lo mejor? Puedes elegir cualquier botella de su tienda y disfrutarla en tu mesa por solo 5€ de descorche. ¡Es como tener acceso VIP a una bodega gourmet! Los platos son deliciosos, pero seamos sinceros, aquí venimos a comer bien pero a beber mejor. Aparte de su funcionamiento como restaurante normal, ofrece un montón de actividades relacionadas con el mundo del vino (catas privadas, menús maridados, etcétera); te aconsejo que hables con ella si quieres celebrar algún evento porque creo que su oferta hoy por hoy en Alicante es única.
Por qué lo recomiendo: El supervalor añadido de Airen es su oferta enológica. ¿Dónde más puedes disfrutar de una botella de tienda con un descorche tan razonable? Además, si tienes una cena con amigos y quieres quedar como un auténtico sommelier, pásate por allí y déjate aconsejar por Ángela. Te lo agradecerán (y a mí también, por el consejo).
Bagá – Jaén ✨✨✨✨✨ €€€€ (más de 80€ por persona)
¡Atención, sibaritas! Si creíais que Jaén solo era tierra de olivos, preparaos para la sorpresa de vuestra vida. Bagá, con su estrella Michelin bien merecida, es una experiencia que va más allá de la comida. Pedro Sánchez, el chef y alma máter, no solo cocina, ¡prácticamente se sienta contigo a la mesa! Es como cenar en casa de un amigo… si tu amigo fuera un genio de los fogones.
Por qué lo recomiendo: No me habían sorprendido tanto en un restaurante de estas características desde mi visita a Odeón, cuando al frente del restaurante gastronómico estaba Nazario Cano. Sé que a mucha gente no le va esto de la alta cocina, pero si sois de los que disfrutan con estas experiencias, marcad Bagá en rojo en vuestro mapa gastronómico. Y de paso, aprovechad para descubrir Jaén, una provincia que os sorprenderá gratamente.
Podéis ver una reseña mucho más completa en este enlace
Barahonda – Yecla ✨✨✨✨✨ €€€ (50-80€ por persona)
Siguiendo con este festín de reseñas, os traigo la joya escondida de Yecla: Barahonda. Puede que no tenga estrella Michelin, pero os aseguro que brilla con luz propia. Con su sol Repsol bien ganado, este restaurante es la definición perfecta de equilibrio. El entorno entre viñedos es un sueño, el servicio te hace sentir como VIP, y el menú… ¡ay, el menú! Variado, completo y con un precio que te deja con ganas de volver al día siguiente.
Por qué lo recomiendo: Si tuviera que resumirlo en una palabra sería “armonía”. El entorno es magnífico, el servicio te mima sin agobiar, la carta de vinos ofrece vinos de la zona a precios razonables y la comida no tiene «pero» alguno. Y todo esto a un precio que, aunque no es para todos los días, te hace sentir que cada euro ha valido la pena.
Podéis ver una reseña mucho más completa en este enlace.
De Mordisco – Alicante ✨✨✨✨ €€ (25-50€ por persona)
¡Qué sorpresa más agradable me encontré aquí!. Hacía tiempo que había oído hablar de este pequeño restaurante y me gustó mucho. Ofrece carta, así como dos menús de 34 y 38 respectivamente con unas entradas, tres o cuatro platos principales y el postre. Elegimos el menú de 38 y este me pareció muy completo tanto en la calidad como en la cantidad: Me hubiera gustado más influencia italiana, ya que solamente dos platos (un plato de pasta y el postre de tiramisú) eran italianos y de hecho fueron los que más me gustaron de toda la comida
Por qué lo recomiendo: De Mordisco ha apostado por esa nueva fórmula que tanto me gusta: local pequeño, poco personal y pocos comensales. ¿El resultado? Un servicio de calidad, comida que te hace cerrar los ojos de placer y precios que no te dejan temblando. Añadid a eso una carta de vinos comedida en precio y variedad, y tenéis la receta perfecta para una noche inolvidable.
Distrik 41 – Alicante ✨✨✨✨ €€€ (50-80€ por persona)
Distrik 41 es un restaurante diferente, regentado por unos jóvenes chicos holandeses, ofrece una cocina basada en una barbacoa inmensa que preside el comedor. Allí elaboran carnes, principalmente a la brasa y con toques ahumados que están verdaderamente estupendas.
Con esas credenciales no es de extrañar que este restaurante esté triunfando en Alicante y durante mi visita pude comprobar que muchos de los comensales eran de nacionalidad del norte de Europa, imagino que aquí encuentran esos sabores de antaño de sus respectivos países.
Por qué lo recomiendo: En un mundo donde los restaurantes parecen clones unos de otros, Distrik 41 se atreve a ser diferente. Aquí encontraréis sabores y presentaciones que os sacarán de la rutina gastronómica. Es como un viaje culinario al norte de Europa sin salir de Alicante. Eso sí, la carta de vinos está un “pelín” subidita 😢
La Moruna – Santa Pola, Alicante ✨✨✨✨✨ €€ (25-50€ por persona)
Un grupo de amigos fuimos a este restaurante con dos de los propietarios, Paco y Joan, para disfrutar de una caldereta de langosta que se complementó con una buena cantidad de platillos a modo de entrada. Todo riquísimo y donde para mí destacó tanto el calamar a la plancha como la caldereta.
El sitio es todo exterior, es decir que los días en el que el tiempo no es demasiado bueno, igual no es el lugar adecuado, pero claro, en Alicante esos días son mínimos y prácticamente se puede disfrutar todo el año de su magnífica terraza, desde el aperitivo hasta la última copa de la noche.
Algunos habéis comentado en alguna ocasión que yo como así de bien allí porque voy con los propietarios del local. Evidentemente, no es algo que pueda constatar, pero lo que no puedo dejar de señalar es lo bien, que comí y lo estupendamente que estuvimos allí en esa reunión de amigos.
Por qué lo recomiendo: Una carta variada, unos precios que no te harán llorar y una terraza que quita el hipo, especialmente para ver esas puestas de sol que te dejan sin palabras. La Moruna es el sitio perfecto para sentirte como un auténtico sibarita mediterráneo. ¡Es sin duda el “place to be” en Santa Pola!
Mi Casa – Alicante ✨✨✨✨ €€ (25-50€ por persona)
Mi Casa es ese lugar donde la abundancia se da la mano con la tradición. Llevan 30 años haciendo lo mismo, ¡y vaya si lo hacen bien!. Su menú único es como un bufet libre de entradas (sí, has leído bien, puedes repetir hasta que revientes) seguido de un plato principal que remata. El arroz con conejo es un clásico muy recomendable y la lubina fue el mejor plato en mi última visita.
Por qué lo recomiendo: Aunque no sea un templo de la alta cocina, Mi Casa ofrece algo que muchos restaurantes han olvidado: abundancia a precio justo. Con su menú a precio cerrado, entradas ilimitadas, cerveza y agua a gogó incluidas, y unos precios de vino que no te harán llorar, es el paraíso para los grupos grandes y las familias numerosas. Como diría mi abuelo, dalo barato y verás cómo vendes.
Nou Manolin – Alicante ✨✨✨✨✨ €€€ (50-80€ por persona)
Señoras y señores, con todos ustedes, ¡el veterano que baila como un quinceañero! Nou Manolin es la prueba viviente de que la experiencia es un grado… o más bien, dos soles Repsol. El nuevo chef, Ismael, ha cogido el testigo con maestría y os aseguro que cada plato podría estar en un restaurante con estrella. El buñuelo de bacalao… ¡madre del amor hermoso!, el mejor de mi vida. El ceviche compite con los mejores del mundo y el dentón con salsa de pimienta… ¡qué horror cuando se acabó el plato!
Por qué lo recomiendo: Aparte de que cuando la generación de Casto Copete se jubile, se irá con ellos una forma de entender la sala y la hostelería que ya no se encuentra, Nou Manolin demuestra que los viejos rockeros nunca mueren. Aquí se come de forma espectacular, con una calidad digna de estrella Michelin pero sin perder ese encanto de “toda la vida”. Sí, la cuenta puede hacer que levantes las cejas como si fueras Ancelotti, pero créeme, cada euro vale la pena. Es como un concierto de rock clásico: sabes que será caro, pero también que será inolvidable.