En este artículo vamos a contar nuestra pequeña excursión a Málaga que esperábamos que fuera un poco más amplia, pero que por las circunstancias se tuvo que limitar a 3 días.
Nuestra primera parada fue en Riofrío a comer, allí nos fuimos al Restaurante Casa Raimundo donde comimos muy bien yo un precio bastante razonable. En este restaurante habría que destacar sin ninguna duda el esturión ahumado que nos dijo el propietario que lo ahumaba el mismo y la verdad es que tenía un sabor delicioso, delicado y profundo y con ese toque de humo que le sentaba de maravilla.
Igualmente destacar la trucha que me sirvieron y que me supo riquísima; hay que decir que la carta tienen varios platos de trucha.
Nos alojamos en el hotel eurostars que está al lado de la estación de tren y elegimos este hotel porque tiene su propio parking y te permite entrar en salir cuántas veces quieras a lo largo del día. Además el precio del parking estaba incluido en el precio de la habitación gracias a una promoción que había en esos momentos
Por la noche cargando una vuelta nos dirigimos a un restaurante que estaba cerca del hotel con intención de picotear algo y tomarnos una copa de vino y tuvimos la gran suerte de encontrarnos con Bagazo, dónde aparte de estar muy bien montado y tener una cocina correcta tenía una estupenda carta de vinos dónde todos, repito todos, se podían pedir por copas. Sin ningún problema te abrían la botella y te servían una copa. Magnífico y extraordinario y si eres aficionado al vino no puedes dejar de visitarlo.
El día siguiente fuimos a dar un paseo por Puerto Banús y por Marbella. Comimos en esta última localidad en un chiringuito denominado La Ola no te disfrutamos de unos deliciosos espetos y unos maravillosos salmonetes fritos que nos había recomendado a la camarera. A pesar de ser Marbella precios muy razonables, puesto que comimos estupendamente bien por menos de 50 € los dos.
Quiero destacar el Marbella el bar dónde me han servido el mejor café con hielo de mi vida: Cafetería Los Naranjos. Te traen un café en su taza y aparte un vaso de sidra con abundante hielo; por si el café no fuera lo suficientemente largo te traen una pequeña lechera con agua caliente para que lo pongas a tu gusto. A todo eso hay que añadirle su azúcar y su galletita para acompañarlo. Enhorabuena.
Por la noche fuimos a cenar al balneario de los Baños del Carmen, un sitio muy amplio qué podría mejorar en su mantenimiento y que ofrece probablemente una de las mejores vistas de la ciudad y de su atardecer. La cocina muy tradicional ofrece los famosos espetos así como frituras de pescado que no destacan ni para mal ni para bien, es decir son frituras como las que se pueden comer en otro sitio de Málaga. Restaurante muy romántico con la dificultad enorme que tiene aparcar en la zona, si lo quieres visitar casi te aconsejaría que cogieras el transporte público o el autobús o el taxi.
El día siguiente comimos y cenamos en el mismo sitio Er Pichi de Cai, ya que habíamos visto que tenía ortiguillas y queríamos volverlas a comer. Comimos tan bien qué decidimos que volvíamos para la cena. Si te gusta la comida gaditana no puedes dejar de venir porque aunque el sitio es pequeño e incómodo los productos que ofrece están genial: Chicharrones, tortilla de camarón, hueva de choco, atún escabechado, como digo todo riquísimo me cuesta trabajo creer que todos esos platos salgan de la mínima cocina que tienen.
Pues esto es lo que dio de si nuestra visita a Málaga desde un punto de vista gastronómico, una ciudad que nos gustó mucho y no nos importaría volver a visitar, eso sí, sin la maldita mascarilla.