La idea de organizar cenas con maridaje de vino se está poniendo de moda y yo he tenido la suerte de participar en varias, todas ellas con un resultado final bastante satisfactorio.
El principio básico es bastante simple, hablar con una bodega que normalmente es tu proveedor y a cambio de promocionar sus vinos, que te los deja a un precio muy especial, el restaurante organiza una convocatoria y pone distintos platos que intentan combinar con los vinos que se ofrece.
Al principio estos maridajes se organizaban en días entre semana pero al final los hosteleros se dieron cuenta de que había mucha gente que no participaba por ser el día siguiente laborable. Sin embargo al día siguiente no tenían tantos comensales como habían tenido para el maridaje y a partir de aquí el pensamiento es sencillo, aunque no gane mucho por cubierto, si no yo no, tengo posiblemente más beneficios que a la carta ya que no lleno.
De esta manera he comprobado que estas actividades se van trasladando a viernes o sábado por la noche y el aforo siempre está completo.
Ahora creo que a estas cenas les falta una vuelta de tuerca más y alguien debería probar hacerlo un sábado a mediodía. He observado que el día de salir a comer en Alicante es principalmente el domingo y los sábados no es difícil encontrar sitio en cualquier restaurante. Si a ese hecho añadimos que la media de edad de las personas que participan en estos actos debe superar los 45 años y que estas mismas personas, cuando hablas con ellas, te comentan que son mucho más de comidas que de cenas (la edad obliga) creo que la ocasión para que alguien pruebe y experimente con esta opción, es cuestión cuestión de tiempo.
Aparte de la fecha en que los hosteleros realizan esta actividad creo que también deben hacer algunas reflexiones sobre cómo llevarlas acabo.
– Los tardones. No puedo entender como puede haber gente tan irrespetuosa con el resto de sus congéneres. Entiendo que en la vida surgen imprevistos y como tales imprevistos es posible que te impiden asistir o llegar a la hora convenida. Lo que no puedo entender, es que no pueden hacer una llamada de teléfono para avisar al restaurante.
– En una cena de 75 personas 69 están a la hora y seis llegan con mucho retraso. El hecho es que el propietario del restaurante nos castigua esperando a 69 buenos clientes, que cumplen con sus compromisos y que van a pagar su cuenta, y premia a seis personas maleducadas que no se sabe si van aparecer. Es cierto que en estos casos el responsable siempre se porta bien, ofreciendo cerveza o vino o agua, para amenizar la espera.
– Basándome en el punto anterior creo que hacer esperar es un mal negocio para el organizador; si la última cena maridaje que tuvimos hubiera empezado a la hora yo me habría tomado un gintonic y así mis otros tres acompañantes. Dado que la cena finalizó más allá de la una de la madrugada, los cuatro decidimos que era una hora prudente para retirarse y no para liarse.
– A los clientes que deben entender que hacer una cena de este tipo, con cinco platos más postre, más vinos, más cervezas, más aguas por 30 € es un verdadero esfuerzo y que lleva un trabajo infinito tanto en cocina como en sala. No se puede “no aparecer “. Como he dicho en el punto anterior siempre puede haber imprevistos, pero no es normal que ninguno de los participantes (he visto vacía hasta una mesa de 16 personas) pueda hacer una mísera llamada.
Pues hasta aquí mi reflexiones sobre estas cenas maridaje que la mayor parte de los casos son un invento estupendo y que me encantaría siguieran durante muchos años. Y ta tí ¿te gsutan?, ¿cuando preferirias que tuviera lugar?
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