En los últimos días, esta herramienta informática creada por la empresa Deepseek ha sido portada en todos los medios y noticia principal en los telediarios de medio mundo. Francamente, todo esto me parece un cuento chino (y nunca mejor dicho), una manipulación total. Déjame explicarte por qué lo veo asi.
China, “la benefactora”
De repente, China aparece como la benefactora del mundo, entregando un modelo de inteligencia artificial bueno, bonito, barato y abierto. Esto resulta sorprendente, dado que no hemos oído ni una palabra sobre cambios en las directrices políticas del país.
Recordemos el pasado cercano, donde la “generosidad” del gobierno chino dejó mucho que desear.
China y el COVID
Al inicio de la pandemia, China mantuvo una opacidad total sobre el origen, incidencia, síntomas o tratamiento del virus. No solo no colaboraron con el resto del mundo, sino que además lanzaron teorías conspirativas de lo más creativas: que si el virus llegó en paquetes de pescado congelado o desde una base militar estadounidense en Asia. Todo menos admitir la verdad.
Siguen insistiendo en que el origen del virus fue natural (el famoso pangolín y el murciélago), pero ¿casualidad o no? En Wuhan tienen un laboratorio de alto nivel donde parece que alguien jugó a ser “Profesor Bacterio” y se le cayó la probeta, yo al menos estoy absolutamente convencido de ello.
Por si fuera poco, cuando tuvieron la oportunidad de redimirse compartiendo su tecnología para fabricar vacunas, optaron por enviar dosis a países cercanos sin transferir conocimiento alguno. Un momento perdido para convertirse en héroes globales.
Y no olvidemos sus “bondades” durante los confinamientos: barrios enteros aislados, con carencias de alimentos, sin medicinas suficientes y personas falleciendo sin atención médica porque no tenían una PCR negativa reciente. Ah, y los sistemas de videovigilancia que implementaron para decidir si eras un ciudadano “bueno” o no. Libertad al estilo del emperador galáctico.
Las empresas “privadas” chinas
Antes de entrar en materia sobre las empresas chinas, conviene aclarar algo: las empresas chinas pueden llamarse privadas o estatales, pero todas están bajo el control del Partido Comunista Chino (PCCh).
¿Cómo lo hacen? Crean células del partido dentro de las empresas para supervisar decisiones estratégicas y garantizar alineación con los objetivos políticos.
¿Más herramientas? Las famosas “acciones doradas”, pequeñas participaciones accionarias con derechos especiales que les permiten influir en sectores clave como tecnología e infraestructura.
El coche eléctrico chino
Aquí llegamos al tema del coche eléctrico. Mientras los americanos quieren ser la policía del mundo y los europeos nos esforzamos por ser el niño empollón y gafotas, los chinos vieron una oportunidad: fabricar coches eléctricos baratos y “ecológicos” mientras seguían contaminando como siempre.
Nosotros, felices de tranquilizar nuestras conciencias ecológicas, ignoramos el impacto ambiental completo de estos vehículos. Además, estaban subvencionados por el gobierno chino para destruir nuestra industria mientras nosotros prohibimos ayudas similares a nuestras propias empresas. Como diría mi suegra: “De buenos, tontos”.
Por si fuera poco, decidimos subvencionarlos nosotros mismos. Así que nuestros impuestos terminan financiando al gobierno chino mientras dejamos a nuestros trabajadores sin empleo. Un plan sin fisuras: nos pegamos un tiro en cada pie. No sé cómo acabaremos, pero por lo menos cojos sin duda.
TikTok y compañía
No es nuevo que TikTok haya sido prohibido en varios países (incluido EE.UU.) por recopilar datos enviados directamente a China. Lo mismo ha ocurrido con Huawei o Xiaomi. Francamente, cuesta creer que cualquier tecnología china no esté recopilando información.
Nvidia y la IA
Nvidia está en boca de todos por dos razones: es la empresa con mayor capitalización bursátil del mundo y también ostenta récords de pérdidas millonarias en bolsa. La clave está en sus semiconductores para GPUs, esenciales para la inteligencia artificial (IA). Si los chinos logran sistemas con solo una décima parte de los componentes electrónicos necesarios, es evidente que esto afectará las ventas de Nvidia y, por tanto, sus acciones deben bajar… aunque no creo que sus accionistas deban preocuparse mucho.
La historia nos muestra que siempre habrá demanda para hardware más potente; si un hardware es muy potente, los ingenieros desarrollarán sistemas más complejos que usen toda la capacidad de la máquina disponible. Un ejemplo cotidiano: nuestros móviles se vuelven lentos porque las actualizaciones son cada vez más complejas. Si no actualizáramos nada, seguirían funcionando igual de rápido que el primer día.
¿Es verdad lo que nos cuentan sobre Deepseek?
No he tenido ocasión de probarlo personalmente, pero todo apunta a que funciona mejor que otros sistemas actuales. Sin embargo, me surgen algunas dudas:
¿Es posible crear una IA tan sofisticada con 1/10 del coste de entrenamiento? Los datos vienen de China y nadie independiente ha podido verificarlos.
¿Y qué hay del coste de uso? Según dicen, usar Deepseek será entre 20 y 40 veces más barato que ChatGPT. Pero no olvidemos que el gobierno chino subvenciona lo que considera estratégico y nunca se sabrá si se paga por los costes reales o por los fijados por otros intereses.
Finalmente, se dice que es un sistema “abierto”. Pero cuando veo las palabras China y abierto juntas… me salta una alarma interna. Pensar que esta herramienta no recopilará información para sus dueños, me parece ciencia ficción.
Conclusión
Por ahora no tengo conclusiones definitivas: esto es como una partida de póker donde solo hemos visto la primera carta. En los próximos días o meses aparecerán más detalles que nos permitirán entender mejor qué está pasando.
Eso sí: todo lo que leas o escuches ponlo en cuarentena. Como dicen los chinos: “que los dioses te concedan tiempos interesantes”. Y vaya si lo son… ¡esto promete ser solo el primer capítulo de un culebrón tecnológico!