En este mundo de la reseña gastronómica te das cuenta que hay un poco de todo, gente que es capaz de comer en un tres estrellas con agua, desde mi punto de vista mejor que con Coca Cola, hasta gente que lo que busca es la excelencia en el vino y una comida que acompañe dicho nivel.
En mi caso lo primero son los platos y el vino, para mí insustituible en una comida gastronómica, es el acompañante perfecto a una buena comida y prefiero un buen restaurante con un vino regular a un mal restaurante con un buen vino. Realizado ese matiz, siento una gran curiosidad por el vino y las zonas con denominación de origen y sus bodegas son un objetivo prioritario para mis vacaciones.
Terraesteban (San Esteban de Gormaz)
Así en 2018 visitamos San Esteban de Gormaz por ser del Duero por qué las raíces Sorianas tiran mucho. El año pasado fue una enorme decepción ya que ninguna bodega ofrecía la posibilidad de visita o cata o similar. En la oficina de turismo me dijeron en aquel momento que las bodegas Gormaz estaban haciendo obra para aceptar visitas. Este año me puse en contacto con ellos por correo electrónico y muy amablemente me respondieron que estaban de obra y que no aceptaban visitas. Con esas premisas en 2019 volvimos a repetir operación y en esta ocasión nos dieron una publicidad de la bodega de TerraEsteban y que llamáramos a ver si tenemos suerte. Mientras nos tomábamos un torrezno estupendo, llamamos y consegumos fijar una una hora para la visita.
La bodega, por llamarlo de alguna manera, es una nave en un polígono industrial a las afueras de San Esteban de Gormaz. Allí nos recibió Melisa junto a su padre, propietario de la bodega. Obviamente no son visitas turísticas al uso por lo que podemos definirlo mejor como una charla entre tres aficionados al vino.
Allí probamos los vinos joven, roble y crianza y también el rosado. La verdad es que todos los vinos están muy ricos, tanto y que no tienen mucho que envidiar a otros con más nombre. Durante la cata, qué se hizo en una mesa redonda que tienen para reuniones de empresa, nos sacaron unas patatas fritas y un poco de queso y se apuntaron también unos clientes que venían a comprar vino. Como se puede apreciar todo muy entrañable y familiar.
Lo mejorLa visita es gratuita y solo tienes como obligación comprar algo de vino al cambio. Se puede decir que al final te sale más caro pero claro llevas el maletero cargado.
El entorno familiar de la visita.
Me hubiera gustado probar el vino de autor que tienen, pero también entiendo que no pueden abrir una botella para dos personas sin saber hasta cuándo van a tener otros visitantes.
Bodegas Nabal (Aranda de Duero)
La segunda visita fue a bodegas Nabal. En realidad yo no estaba interesado en visitar las bodegas de Ribera del Duero sino en conocer la emergente región de Arlanza. Por ese motivo estuve mirando en internet y el vino que mejor ponía de la región era el Gran Lerma, qué es de este grupo de bodegas. Cuando les contacté, me dijeron que no merecía la pena visitar la bodega de Lerma y que a cambio nos ofrecían visitar la de Ribera del Duero y que si tenía interés nos podrían dar a catar los vinos de la bodega de Lerma. Allí nos atendió Nacho, muy amable, que nos paseo por las magníficas instalaciones de esta bodega al lado de Aranda de Duero. Posteriormente nos fuimos al bar que tienen abierto al público dónde probamos el vino rosado de Nabal, el crianza de la misma bodega y Lerma de la Denominación de Origen Arlanza. A mí la cata se me quedó corta en dos aspectos, primero por los vinos, porque 3 vinos para catar entre los cuales hay un rosado se me queda corto y en segundo lugar porque mi intención era probar vinos de Arlanza y solamente probé uno.
El precio de esta visita fue de 9 € y con los vinos nos pusieron un platito de chorizo y queso
Lo mejorLas magníficas instalaciones de la bodega.
A mejorarTeniendo un bar abierto tienen que ofrecer la posibilidad de tomar todos los vinos por copas.
Tienda de vinos en la bodega con precios más elevados de los que se pueden encontrar online.
Bodegas Marqués de Cácedres (Cenicero)
La tercera visita de estas vacaciones fue a Marqués de Cáceres, que me atrajo mucho pues tras la visita la cata consistía en probar los vinos premium de la bodega, cosa muchísimo más interesante para los aficionados al vino que probar el vino de 4 € que puedes comprar en Mercadona o Carrefour. La visita es súper profesional y la verdad es que bastante masificada, estaríamos no menos de 30 personas. Las instalaciones son magníficas y te quedas un poco apabullado del potencial económico de estas bodegas.
Los vinos que nos ofrecieron, cuatro, estaban todos muy buenos pero he de confesar que esperaba más de vinos cuyo precio ronda los 40 € por botella.
Las sensaciones que me dejó la visita fue la de la famosa anécdota que se relata en el libro “el póquer del mentiroso”. En dicha historia el director de un banco de inversiones quería conseguir un importante cliente y para ello le llevó un restaurante de lujo al borde del mar y posteriormente le invito a dar un paseo por el puerto durante el cual iba señalando los distintos yates allí varados indicando ” este es el yate de nuestro Director Ejecutivo”, “este es el yate de nuestro CEO”, ” este es el yate del responsable de inversiones en Latinoamérica” y así sucesivamente. En un momento dado, el futuro cliente le pregunto ¿ y los yates de los clientes dónde están?.
Obviamente es genial que la gente gane mucho dinero con su trabajo, pero no hay que perder de perspectiva que el primer objetivo debería ser en esta historia, que los clientes ganen dinero. Si lo trasladamos a la visita del Marqués de Cáceres francamente cuesta trabajo entender cómo con ese poderío y ese potencial y después de pagar 15 € por la visita, sean tan cutres (parco se queda un poco corto como palabra) con el servicio del vino en la cata.
Lo mejorLa posibilidad de probar los mejores vinos de la bodega, un ejemplo que muchos deberían tomar.
A mejorarEl servicio del vino en la cata, entiendo que no quieran desperdiciar tan preciado líquido, en lugar de servir más deberían ofrecer la posibilidad de repetir si alguien lo desea.
Las visitas tan masivas seguro que son geniales para la cuenta de resultados, pero no genera el mejor entorno para disfrutar del vino.
Bodegas Gómez Cruzado (Haro)
La última visita fue también en La Rioja a una bodega situada en Haro, en el clásico barrio de la Estación. Fuimos a esta porque tiene un wine bar donde probar los vinos de la bodega sin necesidad de volver a ver despalilladoras, estrujadoras, depósitos de acero con camisas de temperatura, etc, etc, etc. Gómez Cruzado tiene una sala en el que en el interior tiene mesas entre barricas y donde puedes disfrutar por copas de los vinos de la bodega y quiero señalar bien de todos los vinos de la bodega, es decir desde los más sencillos hasta los más costosos. Nosotros probamos los cuatro más caros pedimos una copa de cada y lo compartimos entre Ana y yo. Nos gustó mucho
Lo mejorLa posibilidad de probar vinos sin hacer la enésima visita
Probar todos los vinos de la bodega por copas
Las dos chicas qué servían los vinos muy amables y dándote las explicaciones justas.
El servicio a veces lo encontré un poco lento dado que había bastantes personas y eso las demoraba.
Encontré el vino Pancrudo que nos habían cobrado en la bodega a 7,5 copa, en la calle Laurel de Logroño a 7 €. No me parece muy normal que los precios se podrá serán más caros que en un (buen) bar.
Aquí tienes el mapa de nuestro recorrido en verano 2019
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