Nuestra valoración
Hay restaurantes que simplemente alimentan y otros que, como Koine, te regalan recuerdos. Hace más de dos años que lo visité por primera vez y, durante aquel 2023, se coló sin esfuerzo entre mis mejores experiencias gastronómicas. Ya entonces pensé que este restaurante daría que hablar en Alicante, y el tiempo me ha dado la razón: Koine empieza a ser ese secreto a voces entre los que buscan algo más que una comida.
Lo que comimos
🍴 El festín empezó fuerte: pan (que no es opcional) con un aceite excelente y mantequilla de leche de oveja que debería tener club de fans propio.
🍴 Canapé de manitas de cerdo relleno de gamba: Técnica y presentación de matrícula, aunque el sabor no terminó de enamorarme.
🍴 Berberechos con salsa de hinojo (fuera de carta): Salsa deliciosa, pero del berberecho pienso lo mismo que de la ostra o el jamón: cuando el producto es bueno no necesita acompañamiento.
🍴 Pan hojaldrado con steak tartar: Un acierto rotundo para los amantes del steak.
🍴 Mollete de hamburguesa de atún: la gran estrella de la comida, un mollete que dentro tenía una especie de hamburguesa de atún y con una salsa que no recuerdo. Lo que no olvidaré con facilidad fue lo que nos gustó el plato. Para que os hagáis una idea del entusiasmo que levantó, Ana decidió repetir el plato como postre y cerrar la comida con él. Pude ver la cara de asombro de los chicos en cocina.
🍴 Pluma ibérica: Presentación discreta, pero el sabor que compensa cualquier artificio visual. Esa maceración de la carne antes de prepararla le daba un sabor verdaderamente espectacular. Nos gustó mucho.
🍰 El postre para mí fue una tarta de queso payoyo con helado y frutos rojos. Me encanta esta tarta desde la primera vez que la pedí, ya que a pesar de ser una tarta de queso resulta bastante ligera y el acompañamiento (viene en un plato separado) de la fruta y el helado combina a la perfección y hace de este postre un plato muy diferente del que sirven en otros restaurantes.
🍷 Para beber tomamos un Valdepoleo Rioja, de bodegas Pujanza, una bodega que para mí es referencia dentro de La Rioja.
🍷 Acompañé el postre de una Copa de Casta Diva y os podéis imaginar que si la tarta de queso me parece en sí misma magnífica acompañado de este vinazo la convierte en algo sublime.
Lo que pagamos
💶 La experiencia tiene su precio, claro. La cuenta suele rondar o superar los 50 €, pero si te dejas llevar por la bodega -y es fácil hacerlo-, puedes llegar a los 75 € por persona, como en nuestra última visita. Sin vino, la cosa se queda en 57,50 €. No es para todos los días, pero sí para cuando quieres celebrar o, simplemente, disfrutar.
Lo que pensamos
🗨 Koine pertenece a ese grupo exclusivo -y muy personal- de “restaurantes disfrutones”. No aparecen en ninguna guía, pero en mi cabeza son aquellos donde cada plato es original, con elaboraciones cuidadísimas, una bodega que invita a explorar y un servicio que sabe estar a la altura. Aquí, comer o cenar no es simplemente pasar el rato: muchos de sus platos se quedan grabados en la memoria, listos para ser recordados (y recomendados) mucho tiempo después.
🗨 Koine sigue siendo ese restaurante donde cada visita es una pequeña celebración. Platos que sorprenden, técnica impecable, bodega de altura y un servicio que acompaña sin agobiar. Eso sí, hay detalles a mejorar: esos chismes de plástico que ponen como servilletas para limpiarse las manos no pegan nada con el nivel del resto de la experiencia. Si de verdad son necesarios, urge buscar una alternativa mucho más ecológica. Es un pequeño detalle en un cuadro casi perfecto.
🗨 En resumen, Koine es para quienes buscan algo especial, para los que disfrutan de la cocina creativa y el buen vino. No es barato, pero sí memorable. Y, en mi lista de “disfrutones”, sigue ocupando un lugar de honor.
Las fotos
El video
Hacer un video me lleva mas horas que hacer un guiso de la abuela y como en este caso no aportaría mucho sobre los ya realizados, os dejo este de una visita anterior.