Nuestra valoración
Cuando vamos al restaurante Open, confiamos en las recomendaciones de Javier y Alberto, a menos que se trate de la catalana, que en esta ocasión simplemente estábamos con mono y era irrenunciable😊. Con la catalana y sus consejos, el resultado final, para qué negarlo, fue todo un espectáculo.
Lo que costó
💶 El coste de esta comida fue de 90€ por persona todo incluido y de 63€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).
Lo que comimos
🍴 Siempre pedimos pan, porque dejar las salsas en el plato sería un crimen de lesa humanidad. Dos pedazos de pan por cabeza, con un generoso chorro de aceite de oliva, un ritual que me emociona.
🍴 El primer plato que pedimos fue la ensaladilla de merluza, recomendación de Alberto. La preparación era tan compleja que, francamente, ni intenté recordar todo lo que nos explicó. Aunque el primer bocado fue un poco soso, se convirtió en adictivo con cada cucharada. ¡Nos conquistó por completo!
🍴 Continuamos con una catalana para compartir, que tiene tanta fama que, sinceramente, ya no necesita más elogios. Nos contaron que la habían hecho en no menos de 10.000 ocasiones, pero que ni pensaban en quitarla del menú. Se puede definir este plato como un éxito en toda regla.
🍴 Vieiras, perdiz y piparra. Una combinación un tanto atrevida de mar y montaña con un toque de escabeche suave de perdiz. Puede sonar extraño, pero la combinación fue una sorpresa deliciosa.
🍴 A continuación, nos sirvieron un blanquet de anguila, con huevo escalfado y berenjenas. No soy muy fan del sabor a anguila, pero como era el cumpleaños de mi esposa, ¡pues anguila al canto!. Destacar de nuevo el puntito escabechado (vinagre) del plato que (la) gustó mucho :-).
🍴 El siguiente plato que nos sirvieron fue un rabo de vaca, que en su interior va relleno de manzana, para darle un toque ácido, y foie, una combinación inesperada pero espectacular. Hasta a la vaca se habría sorprendido esta versión 🙂
🍴 Mientras disfrutábamos del plato anterior, veíamos cómo en la cocina preparaban varios pepitos (ahora con pluma ibérica )… y no pudimos resistir la tentación de probarlos. Y vaya que acertamos, estaba exquisito.
🍰 No es que tuviéramos hambre, pero siempre hay espacio para el postre. Optamos por el único postre de chocolate que ofrecían: chocolate, maíz y cacahuete. No fue mi plato favorito, pero debo reconocer que el helado de cacahuete fue un detalle interesante.
Lo que bebimos
🍷 Como aperitivo, una manzanilla y un vino de uva Pedro Ximénez, elaborado en las sierras de Málaga, un verdadero placer para el paladar los dos vinos.
🍷 Para acompañar los platos principales, elegimos una botella de Ceibo, un vino godello de Valdeorras. Perfectamente seco, untuoso y con ese toque justo de acidez que necesitábamos.
🍷 Para la carne, opté por una copa de vino tinto, y me ofrecieron La Celestina, un vino soriano de la Ribera del Duero que suelo tener en casa. Relación calidad-precio, imbatible.
Lo que pensamos
🗨 En resumen, una comida excelente donde el punto más flojo fue el postre. El resto de los platos fueron simplemente fantásticos.
🗨 También vale la pena mencionar la presencia de sabores de escabeche en varios de los platos. Personalmente, soy un fanático de ese toque y no puedo evitar sentir cierto malestar ante la tendencia ‘esnob' de los ceviches, aguachiles y similares, mientras nuestros tradicionales escabeches quedan en el olvido, como un tesoro en el baúl de los recuerdos culinarios!.
🗨 Me gusta especialmente la rotación de platos que hacen en Open, siempre hay algo nuevo que probar. Y aunque hacía tiempo que no iba, creo que aproximadamente la mitad de la carta ha cambiado.
🗨 La reforma que han hecho en el local, sin cambiar demasiado la estructura, ha logrado crear una sensación de amplitud, especialmente con la magnífica cava de vinos y la estantería de libros, que le dan un toque hogareño.
🗨 En cuanto a los precios, Open está en esa categoría de restaurantes donde los platos podrían competir con los de la alta cocina, pero sin los precios astronómicos de esta. No es para ir todos los días, pero sí para celebrar ocasiones especiales de manera inolvidable.
🗨 Entiendo que se puede cuidar el bolsillo moderando lo que se come. En mi caso, como no suelo ir con frecuencia, voy con el freno de mano quitado; las restricciones ya me las va a poner el médico más pronto que tarde.
🗨 ¿Merece la pena?. Creo que he proporcionado suficientes datos para que cada uno saque sus propias conclusiones, pero en mi opinión, para mi vale la pena visitarlo y si tú no lo conoces, yo diría que vayas y así puedes juzgar por uno mismo