Soy más aficionado a las historias que a las ideas, por lo que sigo diversos medios de comunicación en busca de relatos que me interesen. Hoy encontré un podcast de El País Audio que analizaba la reciente pseudo-dimisión del Presidente del Gobierno.
El podcast sugiere que esta situación “terrible” se debe a la ultraderecha y sus supuestos bulos sobre la esposa del Presidente. Podría argumentarse que la mujer del César no solo debe ser honrada, sino también parecerlo, aunque quizás este dicho haya perdido relevancia en la actualidad. Curiosamente, este aspecto no se debate en El País.
Sin embargo, lo que más me ha sorprendido es cómo se presenta esta tensión actual como algo nuevo dirigido contra Sánchez. En realidad, la tensión tiene raíces profundas. ¿Acaso hemos olvidado los escraches de Pablo Iglesias contra dirigentes del Partido Popular? ¿O los numerosos casos en los que se impidió hablar a ponentes de diversas ideologías en las universidades debido a manifestaciones de supuestos “amantes de la libertad” de todas las tendencias?
Aunque Sánchez no creó este tipo de situaciones, las ha aprovechado para obtener beneficio político, fomentando una dicotomía simplista de “yo soy el bueno y los demás son villanos”. Que un medio como El País ignore datos tan evidentes y que periodistas con formación universitaria presenten una historia tan sesgada solo puede explicarse desde la perspectiva de que “ningún perro debe morder la mano que lo alimenta”. El País, como tantos otros medios, no lo hace. Esta es una de las razones por las que la prensa es tan poco valorada por los ciudadanos actualmente.