Nuestra valoración
Después de una mascletá, decidimos ir a comer a Gema Penalva por su proximidad al lugar del evento, pero sobre todo porque se come de maravilla y nos hacen sentir como en casa. Porque claro, ¿quién no quiere que lo traten como cuando uno va a casa de su abuela?
Fue una comida para 2 personas y pedimos todo a compartir.
Lo que costó
💶 El coste de esta comida fue de 39€ por persona todo incluido y de 35€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).
Lo que comimos
🍴 El primero fue un plato fuera de carta: migas de pericana. El plato consiste en unas típicas migas, en las cuales el pimentón se ha sustituido por la ñora, el chorro de vinagre que echaba mi suegro a las migas, se ha reemplazado por encurtidos, y el huevo frito también se ha sustituido por un huevo poché: el resultado final es un plato muy sabroso con unos sabores perfectamente reconocibles pero al mismo tiempo originales. Solo le pondría una pega, creo que el plato estaría mejor con dos huevos, uno apenas se nota en la totalidad del plato.
🍴 El canelón de pollo escabechado es un plato que pedimos sí o sí, y que desde luego vamos a seguir pidiendo. En este caso, es difícil de describir porque lo que hay que destacar es el equilibrio de los sabores, una delicadeza del conjunto realmente espectacular, un plato verdaderamente digno de restaurantes top. ¡Qué maravillosos y poco valorados tenemos a nuestros escabeches, necesitan un influencer ya!.
🍴 Pulpo a la plancha con habitas, yo creo que es un plato que está en la carta de Gema Penalva desde los inicios del restaurante. Nosotros hacía mucho tiempo que no lo tomábamos, por lo que decidimos romper esta rutina. El pulpo estaba muy rico, pero fue para nosotros el plato menos interesante de todo lo que probamos.
🍴 El siguiente plato fue también un clásico: el restoburger de Angus. El plato consiste en una base de coca de mollitas, lleva también tomate, cebolla caramelizada, una mini hamburguesa de Angus con una salsa que no sé cuál es. El resultado final es sencillamente magnífico, donde no solamente destaca el sabor estupendo de la carne, sino que además, al igual que sucede con el canelón, destaca el equilibrio de los sabores. Cada bocado de esa pequeña hamburguesa es sencillamente delicioso. Podrían venderla como helado y seria un top del verano 🌞 .
🍴 Otro de los clásicos es este farton con carrillera y salsa de horchata. En esta ocasión pensamos que la receta ha cambiado un poco, puesto que el farton estaba menos dulce que en ocasiones anteriores y se pierde ese contraste de dulce-salado. Si bien el plato sigue estando muy bueno, para nosotros ha bajado un puntito y no llegó, desde luego, a la satisfacción del restoburger o el canelón.
🍰 No sé si por la foto dará la sensación de que las raciones son pequeñas o grandes, pero os puedo asegurar que con los cinco platos estábamos más que satisfechos y si pedimos un postre fue más bien porque me gusta probar algo dulce en los restaurantes para luego hablar también de este apartado cuando hago la reseña. En este caso, pedimos a Javier que nos aconsejara y nos recomendó esta espuma de natillas con plátano, un plátano que está no sé si macerado o asado y que por encima tiene azúcar tostado. El plato es muy ligero y además está muy rico, una muy buena elección de postre.
Lo que pensamos
🗨 Gema Penalva no es un paradigma de decoración, porque los 13 años que llevan abiertos se notan y un lavado de cara no le vendría mal al restaurante. Pero lo que hay que destacar es el tratamiento del sonido que han hecho, todo el techo con paneles de estos absorbentes, de forma que estando el restaurante lleno, se puede tener una conversación muy agradable sin necesidad de gritar y sin escuchar a la mesa de al lado.
🗨 La página web necesita un repaso más profundo, mucha sensación de abandono. Si hay que echar una mano se echa, pero ¡así no está bien!
🗨 La cocina de Gema Penalva se basa en la tradición que viene heredada desde sus abuelas. Pero si hay algo que destaca de la cocina de Gema es que es una cocina honesta, una cocina en la que vas a comer aquello que te están ofreciendo. Es decir, no vas a recibir un plato hecho en una cocina industrial en Singapur (por ejemplo) que tienen congelado o envasado al vacío y que simplemente se limitan a servirlo en el plato. Aquí lo industrial es el principal ingrediente de la comida: cariño.
🗨 Al frente del servicio está Javier, una persona súper amable, súper afable, que no solo quiere que comas bien, sino que también salgas satisfecho del restaurante. Pero de lo que quiero hablar hoy no es de Javier, sino de cómo funciona toda la cadena cocina-servicio del restaurante. En hogueras, todos llegamos al restaurante a la misma hora, por lo que yo en estas circunstancias voy cargado de paciencia porque sé que las cosas pueden ser lentas. Pero ayer, desde luego, no fue el caso, todo fue como un auténtico reloj, impecable, algo para destacar. Parecía la versión gastronómica de un cambio de neumáticos en la Fórmula 1.
🗨 Hablando de la bodega, hay que empezar señalando que Javier es un aficionado al vino y eso siempre se nota. Sin ser una carta de vinos apabullante, la veo variada y equilibrada en oferta y precio, pero lo mejor es que todos los vinos de la carta los tiene por copas y cuando digo todos, es todo, no una selección, todos los vinos están por copas.
🗨 Si seguimos con la bodega, ya sabéis que la cerveza no me sienta demasiado bien, así que no soy aficionado, pero sí que puedo indicar que tiene una variedad notable y hasta los que no saben la diferencia entre una IPA y una APA, saldrán encantados.
🗨 En conclusión, excelente experiencia, donde brillaron como estrellas el canelón de pollo y el restoburger y todo lo demás acompañó a la perfección, desde el resto de los platos hasta la eficiencia del servicio.